«Vivir como hombres valientes y si la suerte es adversa, hacer frente a sus golpes con corazones valientes»
Cicerón.
Si, definitivamente vivir es de valientes, alguna vez leí en mis años universitarios, la frase de Cicerón y ésta quedó marcada en mí. De valientes es levantarse cada mañana a conquistar el día sin saber que nos espera, sabiendo que a veces no podemos hacer de ese día lo que queremos o esperamos. Las primeras interacciones que tenemos como seres humanos son intercambios emocionales, los experimentamos desde el mismo momento que estamos en el útero y se van construyendo en experiencias y por ende van conformando nuestra inteligencia emocional. De ahí la importancia de conocer nuestras emociones y como funciona el cerebro. Somos seres emocionales, nuestra valentía, una palabra que he querido usar adrede , para enfrentar la vida, descansa en el conocimiento que tenemos de nuestras emociones. Somos valientes porque a pesar de las circunstancias que nos aquejan día a día sacamos la mejor versión de nosotros mismos. Con miedo, con sorpresa, somos valientes al tomar las decisiones y seguir en el camino.
Valientes somos cuando con el corazón roto y lágrimas en los ojos seguimos adelante confiando que esto que nos está pasando es necesario para nuestro aprendizaje. Valientes somos porque nuestra Fé inquebrantable nos empuja y nos da la esperanza de que siempre viene algo mejor, sólo nosotros somos los responsables de nuestras decisiones y de que cada paso que damos nos acerca al lugar donde merecemos estar. El valiente vive el presente aquí y ahora y se transforma. En cada uno de nosotros actúan dos mentes la que piensa y la que siente. Ambas son independientes y con sistemas cerebrales distintas , pero están interconectadas, en muchas ocasiones estas dos mentes se encuentran coordinadas adecuadamente. Sin embargo en momentos críticos de nuestra vida ese equilibrio es puesto a prueba y nos enfrentamos a estímulos que generan en nosotros reacciones emocionales de gran intensidad, que activan respuestas automáticas y exageradas, capaces de secuestrar a nuestra mente racional llevándonos a comportamientos extremos, donde perdemos el norte y allí perdemos nuestra capacidad de ser valientes. ¿Cuántas veces nos conectamos con una situación pasada y nuestra mente emocional que con facilidad concatena eventos pasados nos traiciona? La reacción es la conexión de nuestra mente con un episodio pasado, esa es una respuesta emocional. Esto nos puede pasar con las relaciones de pareja, los empleos o en procesos como la actual pandemia, que sin entender bien el porqué, el miedo y la incertidumbre nos arropan y nos sacan del aquí y ahora que es lo que realmente existe, porque mientras estemos vivos podemos ser valientes. Sentimos este miedo e incertidumbre porque nuestra mente emocional nos conecta con una creencia o una emoción pasada. Lo bueno es que esta conexión también nos dá herramientas para vencer obstáculos que nos sirven para avanzar. Siempre que nos conectemos con emociones positivas o eventos proactivos del pasado es lo que nos dará el impulso de ser valientes. Nuestra mente emocional está llena de esos episodios y depende sólo de nosotros tomar las herramientas para seguir siendo esos valientes. Conocer nuestras emociones, abrazarlas, verlas de frente sin evadirlas, sin esconderlas, honrarlas, descifrar que nos vienen a decir, es la clave para gestionar nuestros estados emocionales. Si nuestros pensamientos y sentimientos se encuentran en perfecta armonía, si podemos avanzar. Aquí estamos valientes en el presente, ese territorio donde todo es posible , podemos construir el futuro que soñamos y merecemos. Adelante…Buen trabajo!!!
Seguimos…..
Excelente nota sobre la valentía al enfrentar nuestras emociones. Me encantó!!
Me gustaLe gusta a 1 persona